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martes, 16 de octubre de 2012

Importancia de los lumbares y abdominales en el corredor.


Correr equivale a una sucesión de pasos lo que expone a los discos intervertebrales a una carga y descarga rítmica, con mayor o menor grado de vibración en función del terreno sobre el que se corre. Es de allí el  rol fundamental que cumplen los músculos abdominales contribuyendo a la estabilidad de la columna vertebral. De hecho, son los fuertes músculos del tronco los que permiten mantener una postura erguida en el trote. Correr tiende a provocar un desbalance entre las fuerzas de los músculos abdominales y la columna lumbar, que se produce porque el trote genera una mayor rigidez en los músculos flexores de la cadera, isquiotibiales y abductores
Los corredores de fondo deben entrenar al mismo tiempo la flexibilidad para prevenir las lesiones. Correr supone mantener una postura específica con un enorme esfuerzo muscular durante un largo período de tiempo.
Los corredores  sufren con frecuencia dolor lumbar, así como dolor interescapular, en los hombros y en el cuello.
La mayor parte de los corredores con dolor mecánico lumbar se curan con ejercicios de estiramiento. Los corredores tienen también una tendencia natural a desarrollar debilidad abdominal aislada.
Correr no implica la contracción natural de los músculos abdominales y estabilizadores de la columna vertebral.
Como dijimos se suele observar un desequilibrio significativo entre los músculos flexores y extensores, no sólo en las piernas, sino también en el tronco. El dolor interescapular y de espalda es también la consecuencia de posturas anormales al correr, la clave para la postura es una buena fuerza isométrica del tronco que mantenga el cuerpo en una postura erguida con el pecho fuera.
El entrenamiento de fuerza es necesario para todo corredor de fondo, ya que el mantener los músculos y articulaciones fuertes puede mejorar los tiempos de carrera y disminuir el riesgo de lesiones.
Un buen entrenamiento de torso ayudara a mejorar la eficiencia, la resistencia y reducir  el riesgo de lesiones. La fuerza interviene de manera directa en el entrenamiento. Si se aumenta esta capacidad se incrementa la recuperación muscular y se evita en gran medida la aparición de lesiones.
Los corredores entrenan para tener abdominales y lumbares más tonificados, lo que les permite correr más fuerte y mayores distancias. Tener estos músculos fuertes producen  estabilidad, debido a que el torso es la parte del cuerpo que controla los movimientos de la cadera y la columna cuando corremos.
Al correr, nuestro torso funciona como un estabilizador, mientras más fuerte sea, más estable será nuestro centro y más eficiente nuestra carrera.
Para poder conservarnos derechos (recto) e impedir dolores de espalda y la zona pélvica debemos dedicar al menos tres veces por semana para realizar ejercicios de abdominales y lumbares.



Algunas ventajas de fortalecer la parte superior del corredor:
Mejora el rendimiento general del corredor.
Mejora la fuerza muscular y la resistencia como fondista.
Mejora de la flexibilidad articular.
Al aumentar fuerza, incrementa la producción de energía en general.
Mejora la economía de funcionamiento.
Aumenta la tasa metabólica basal que contribuye a mejorar la composición corporal.
Alineas tu cuerpo.
Balancea los músculos de la parte superior con la inferior.  Esto evita dolores y daños.
Mejoras la postura.  Excelente para fortalecer los músculos abdominales y de espalda.
Ayuda a modificar hábitos dañinos como encorvar los hombros, poner mas peso en un pie que en el otro mientras corres, etc.
Esto resulta en un cuerpo definido, juvenil y armonioso.
Fuente: Artículos varios
Marcela Pensa
Prof. de Educación Física
Neurofisióloga
Maratonista